En el año 2002 un grupo de profesores y profesoras de las Universidades Autónoma de Madrid (UAM), Autónoma de Barcelona (UAB) y Ramón LLull de Barcelona, con la colaboración de expertos de OREALC (la oficina regional de la UNESCO, con sede en Chile), nos agrupamos al rededor del interés común por dar a conocer el trabajo de los profesores Tony Booth y Mel Ainscow conocido como Index for Inclusión. Nos encargamos entonces de la traducción, edición y difusión en español de la 2ª edición inglesa, colaborando también en las ediciones que se hicieron posteriormente en catalán y euskera. Para ello nos agrupamos como Consorcio para la Educación Inclusiva (C.E.I.), y hoy seguimos trabajando, individual o colaborativamente, alrededor de la amplia temática de la educación inclusiva desde distintos ámbitos (formación, asesoramiento, investigación, difusión y transferencia de conocimientos).
En el año 2011 el profesor Tony Booth asumió una revisión a fondo de la anterior edición del Index que dio lugar a una tercera edición de la misma. De nuevo pensamos que era necesario dar a conocer este importante trabajo entre los lectores en español y en otras lenguas del estado y por ello, con la incorporación de colegas de la Universidad de Alcalá y de la Universidad Católica de Valencia emprendimos, nuevamente como Consorico para la Educación Inclusiva (C.E.I.), la tarea ya finalizada de traducir, editar y difundir esa tercera edición. Al mismo tiempo era una oportunidad para conectarnos con la Index for Inclusion Netwok, una red internacional creado por Tony Booth cuyo elemento aglutinador son los principios, valores y prácticas inclusivas que el Index reconoce y promociona.
Para ello nosotros creamos esta web del C.E.I., que, al mismo tiempo, nos sirve para dar a conocer el trabajo que realizamos los promotores de la misma (UAM y UAH), y difundir, hasta donde podamos, el de otros muchos equipos de investigación y centros escolares con los que cabe decir que somos "aliados" en la interminable tarea de promover culturas, políticas y prácticas educativas más inclusivas.
En último término aspiramos a que el Consorcio (al igual que la centenaria encina en el País Vasco que aparece en la foto y que utilizamos como logo), pueda llegar a ser un "punto de encuentro" que acoja y conecte a personas y grupos interesados en la educación inclusiva.